El proyecto de ocho provincias para el reino de Guatemala
- Daniel Sazo Flores
- 21 abr 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 5 sept 2021
En mayo de 1821, José Mariano Méndez, párroco de la Catedral de Guatemala y diputado representante de Sonsonate, propuso reformar la administración interior del Reino, un antecedente a la descentralización promovida durante el período federal.

En los últimos años de la época colonial, la administración interior del reino de Guatemala sufrió varios cambios que, a la postre, contribuyeron a la creación de los estados federados y las actuales repúblicas centroamericanas.
Más autonomía civil, eclesiástica y nuevos centros de enseñanza
Cada provincia debía contar con universidad, diputación, jefe político, intendente y obispo (a excepción de Guatemala, que ya tenía arzobispo). Los jefes políticos tendrían bastantes competencias administrativas, pero siempre sujetos a la tutela del capitán general y a la Audiencia. Los intendentes, con facultades hacendarias, también estarían bajo la supervisión del capitán general, que también tenía el cargo de intendente general. Con respecto a las universidades, es necesario señalar que las nuevas serían de segunda enseñanza, mientras que las de estudios mayores se mantendrían en Guatemala y León: la Universidad de San Carlos y la Universidad de la Inmaculada Concepción de León.
Las ocho provincias
Según el texto presentado a las Cortes, estas debían ser las nuevas demarcaciones:
Chiapas: con capital en Ciudad Real. El actual estado de Chiapas, México.
Quezaltenango: con capital en Quetzaltenango. Su extensión equivaldría a los actuales departamentos del occidente de Guatemala, a excepción de Sololá y algunas partes de Suchitepéquez.
Guatemala: la capital del reino y por lo tanto sede del capitán general, Arzobispado y Real Audiencia. La Nueva Guatemala de la Asunción estaba dentro de la jurisdicción de la alcaldía mayor de Sacatepéquez. Chimaltenango, Sololá, Escuintla y Verapaz eran las otras cuatro alcaldías que debían formar esta provincia.
San Salvador: con capital en San Salvador. Sería integrada por buena parte del actual territorio salvadoreño, exceptuando Ahuachapán, Sonsonate, Santa Ana y otras zonas del occidente.
Santa Ana: con capital en Santa Ana. Formada por los actuales Ahuachapán, Sonsonate, Santa Ana, y también por los departamentos del oriente de Guatemala (exceptuando algunas partes de El Progreso). Esta provincia llegaba hasta la costa del Caribe y el sur de Belice.
Honduras: con capital en Comayagua. Es el actual territorio hondureño.
Nicaragua: con capital en León. Su extensión equivaldría al actual territorio nicaragüense. Se mencionó la posibilidad de crear una nueva audiencia en León, aunque dependiente de las autoridades de Guatemala. Caso parecido al de la Audiencia de Guadalajara, que era distinta de la Audiencia de México pero siempre subordinada al Virrey.
Costa Rica: con capital en Cartago y jurisdicción desde Nicoya a Chiriquí y la isla Escudo de Veraguas.
Los cambios habían sido propuestos para mejorar y rescatar las poblaciones que estaban abandonadas por el sistema que había imperado desde las reformas iniciadas por los Borbones: ocho alcaldías mayores: Totonicapán, Sololá, Chimaltenango, Sacatepéquez, Sacatepéquez, Sonsonate, Verapaz, Escuintla y Suchitepéquez; dos corregimientos: Quetzaltenango y Chiquimula; una gobernación: Costa Rica, y cuatro intendencias: Ciudad Real de Chiapas, San Salvador, Comayagua y León de Nicaragua. Méndez expresó de esta forma el por qué de su propuesta:
Gobernadas así estas quince Provincias, a pesar de algunas leyes benéficas, la experiencia constante de los tres siglos corridos ha demostrado, que lejos de advertirse progresos, todo ha caminado a una completa destrucción de los pueblos: se ven muchos asolados, que contaban de catorce a veinte mil indios, con solo treinta y cuarenta familias, no se ha cuidado de instruirlos y civilizarlos para que salgan de la ignorancia, opresión y miseria en que se hallan sumergidos, sin política, industria, artes, y comercio, sujetos al corto jornal, que en algunas partes se les paga por recios trabajos, y las mas veces sin ninguna retribución por llamarlos de oficio los gobernantes, haciéndoles entender, que una inveterada corruptela era una legítima y laudable costumbre del servicio personal gratuito que prestan a curas y alcaldes mayores, cofradías, destinos de justicia y correos, con las extorsiones de raciones, tributos y fondos de comunidades de que jamas han visto la utilidad de este establecimiento.
Al momento de la independencia, la Capitanía General de Guatemala estaba dividida en 4 provincias: Chiapas, Guatemala, Comayagua y Nicaragua. El territorio salvadoreño aun formaba parte de la provincia de Guatemala (Aunque autorizada meses antes, la diputación provincial salvadoreña se estableció después de la independencia).
¿Qué habría pasado si se hubiera aceptado e implementado la propuesta de reestructurar la administración interna? Es probable que la Federación Centroamericana hubiese tenido ocho estados en lugar de cinco. De hecho, en 1823 se planteó la posibilidad de crear un estado en el occidente de Guatemala —se formó finalmente en 1838, Los Altos— y otro formado por Santa Ana, Ahuachapán y Sonsonate.
Fuentes:
Méndez, José Mariano. Memoria del Estado Político y Eclesiástico de la Capitanía General de Guatemala y proyecto de división en ocho provincias para otras tantas diputaciones provinciales, jefes políticos, intendentes y obispos. Madrid: Imprenta de Fermín Villalpando. Edición en PDF.
Imagen de portada:
Weiland, Carl y Georg Hassel. 1823. Geographisch–statistiche Charts von Guatemala. Escala 1: 5,470,000. Weimar: Geographischen Instituts. https://www.davidrumsey.com/luna/servlet/detail/RUMSEY~8~1~297497~90069120:Guatemala-?sort=Pub_List_No_InitialSort%2CPub_Date%2CPub_List_No%2CSeries_No&qvq=q:Guatemala%201823;sort:Pub_List_No_InitialSort%2CPub_Date%2CPub_List_No%2CSeries_No;lc:RUMSEY~8~1&mi=2&trs=3

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