Discurso de José Cecilio del Valle contra la unión del antiguo reino de Guatemala a México
- Daniel Sazo
- 6 ene 2022
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Palabras dirigidas a la Junta Provisional Consultiva en 5 enero 1822.
Guatemala, colocada en la posición más feliz de la América, extendida sobre un área de 155 mil millas cuadradas de tierras de diversos grados de temperatura y fertilidad, y poblada por dos millones de individuos de diversos talentos y aptitudes, tiene los elementos más preciosos de actividad: las semillas más fecundas de riqueza: los principios más activos de lo grande.
Bien administrada por un gobierno que quiera, sepa y tenga las facultades precisas para desenvolver aquellos gérmenes, Guatemala no solo puede ser nación independiente, sino rica también, fuerte y poderosa. Pero mal administrada por un gobierno, que no quiera, o no sepa, o no esté bastante autorizado para desarrollar sus elementos, Guatemala no podrá ser pueblo independiente y libre, grande ni rico.
Ved esas tierras tendidas, fértiles y bien situadas. Serán jardines, si el propietario, el dueño de ellas, quiere y sabe labrarlas. Serán malezas, abrojos o gramas si no tiene voluntad o pericia para cultivarlas.
Mirad a ese joven robusto, y bien dispuesto para recibir la educación más feliz. Será pequeño, si su preceptor no quiere que sea grande; pero será sabio si su maestro quiere que sea ilustrado. Un pueblo de dos millones de habitantes, colocado en lo mejor del Nuevo Mundo, tiene principios o recursos que no temo llamar inmensos.
Se acaba de proclamar, con todos los acentos de la alegría, con todos los idiomas del gozo, su libertad e independencia absoluta. ¿Podrá pensarse que quiera perderla ahora que empieza a gustarla?
Los hombres de Guatemala son como los de Chile, los de Buenos Aires, los del Perú, los de Colombia y los de México. Quieren ser independientes, y tendré por mentirosos a los que supongan en ellos voluntad contraria: no hablan lo que sienten o son locos que han perdido la razón, los que dicen que aman la esclavitud.
Si en diversas actas distintos ayuntamientos declaran que quieren su independencia y estar sometidos a México, yo no inferiré, a pesar de esto, voluntad positiva de esclavitud. Diré que ha habido movimientos o intrigas subterráneas: diré que los municipales han sido sorprendidos: diré que por una parte se les ha anunciado que vienen de México ejércitos numerosos y bien disciplinados, y por otra se les ha manifestado que el capitán general, que tiene las fuerzas de esa nación, «quiere» que Guatemala esté sometido a México: diré, que poniéndolos en posición tan violenta, no han tenido voluntad libre y espontánea: diré, que ignoran los principios de derecho público, y por ignorarlos, no dieron las contestaciones que deberían dar.
No son los ayuntamientos, establecidos para cuidar de las escuelas de primeras letras o del aseo y limpieza de calles, los que deben decidir de la suerte de una nación: no es una Junta creada para dar consejo al gobierno, sobre los asuntos ordinarios de despacho, la que debe determinar su ser político: no es un capitán general, nombrado para defender sus fueros, quien debe declarar sobre sus destinos.
Los destinos de una nación dependen de ella misma. Solo Guatemala puede decidir de Guatemala, y esa voluntad no se ha pronunciado hasta ahora. Guatemala no debe ser provincia de México. Debe ser independiente. Esto es lo que enseña la razón: lo que dicta la justicia: lo que inspira el patriotismo.
Fuente:
Heliodoro Valle, Rafael. La Anexión de Centroamérica a México (documentos y escritos de 1821-1822). Tomo I. México: Archivo Histórico Diplomático/Secretaría de Relaciones Exteriores, 1927.




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