Migración circular y su papel en la economía de Centroamérica

Desde tiempos coloniales, la economía centroamericana se caracterizó por la presencia de migración en forma circular y/o permanente. Hacia mediados del siglo XVI, según narra el antropólogo español Salvador Rodríguez Becerra, las autoridades de Trujillo, en la provincia de Honduras, escribieron al rey para que autorizara la importación de esclavos provenientes de África para suplir la falta de mano de obra a consecuencia de la disminución de la población indígena.

En la costa sur de Guatemala, al entrar en vigencia las leyes nuevas de 1542 y el impulso del repartimiento, los indígenas del altiplano eran obligados a trabajar en las plantanciones de cacao y azúcar, dejando en el camino familia y hogar. Con la expansión del añil como principal cultivo del reino de Guatemala, las haciendas productoras de la provincia de San Salvador, donde se concentraban la mayoría de plantanciones, necesitaron mano de obra de poblaciones vecinas como el corregimiento de Chiquimula, Tegucigalpa, León, etcétera.

Siglos más tarde, con la fundación del Mercado Común Centroamericano, se fijó como meta establecer la libre movilidad de factores productivos, no solo de capitales y mercancías sino también de personas, es decir, que un profesional guatemalteco pudiera ejercer en Costa Rica sin mayores trámites burocráticos y viceversa. Sin embargo, esto no llegó a convertirse en realidad por las guerras civiles que el afectaron el Istmo centroamericano en el contexto de la guerra fría.

Fue precisamente en ese período que comenzó a manifestarse con cada vez más fuerza un fenómeno que continúa en la actualidad, principalmente en la zona norte de Centroamérica: la oleada migratoria hacia Estados Unidos. Esta se debe a varios factores, entre los que destaca la violencia, pero también la pobreza y falta de oportunidades.

La migración desde Centroamérica hacia Estados Unidos se debe principalmente a factores económicos, pero también existen otros rubros como la educación gracias a las becas que proporcionan las universidades y el gobierno. También puede clasificarse en legal e ilegal y en su tiempo de duración, es decir, si es permanente o temporal, también llamada circular. En este texto nos centraremos en la derivada de factores económicos.

Como su nombre lo indica, la migración circular es aquella que se hace de forma temporal, es decir, que una persona vive y trabaja por ciertos períodos de tiempo generalmente entre dos países. En el caso centroamericano, este tipo de migración ha sido promovida por los gobiernos para enfrentar, aunque no con mucho éxito, el fenómeno de la migración ilegal.

A través de la migración circular, un trabajador puede obtener permiso para trasladarse a Estados Unidos a trabajar durante un período de tiempo establecido y gozar en igualdad de condiciones, con los locales, los derechos laborales reconocidos en el país, es decir, derecho a seguridad social, vacaciones, etcétera. La clase de trabajos que generalmente se realizan son estacionales, influidos por el clima. Por ejemplo, quienes se dedican a la agricultura tienen actividad durante la primavera, verano y, dependiendo del cultivo, una parte del otoño.

También hay oportunidades en otros rubros en los que las empresas estadounidenses tienen dificultades para contratar trabajadores locales, pero que igual son consideradas actividades esenciales no solo para la economía sino para la cultura y el modo de vida. Este es el caso de las compañías que se dedican al "landscaping", que consiste básicamente en el mantenimiento de jardines.

Aunque la migración circular no es un paliativo para la migración irregular, sobre todo por lo escaso de las visas disponibles, que en conjunto no llegan a medio millón según el Servicio de Inmigración de Estados Unidos, sí contribuyen significativamente a la activdad económica en Centroamérica gracias a las remesas. En el caso guatemalteco, las remesas de 2023, según el Banco de Guatemala, ascendieron a más de 19 mil millones dólares, o dicho de otra forma, aproximadamente el 20% del Producto Interno Bruto.

De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, en los últimos tres años, el norte de Centroamérica ha recibido $101,809.3 millones. En el caso de Guatemala, mostró una variación de casi el 10%. Es importante notar que los picos mensuales son precisamente entre mayo y agosto, es decir, desde mitad de primavera hasta la parte final del verano. Coincide con los meses de mayor actividad de los trabajos estacionales. También hay un aumento en diciembre por las fiestas de fin de año y el retorno de la mayoría de migrantes temporales a sus países de origen.

Para ampliar:

Carnino, S. (2024, 2 de abril). «Los beneficios de la migración circular en Guatemala. Un sueño americano de ida y vuelta». Diario El País. https://elpais.com/planeta-futuro/2024-04-03/los-beneficios-de-la-migracion-circular-en-guatemala-un-sueno-americano-de-ida-y-vuelta.html

Fuentes:

Rodríguez-Becerra, S. (1997). Análisis Antropológico de la Encomienda. Universad de Sevilla. Disponible en https://www.researchgate.net/publication/317175942_ANALISIS_ANTROPOLOGICO_DE_LA_ENCOMIENDA

Referencias:

Martínez Pelaez, S. (2021). La Patria del Criollo. Ensayo de interpretación de la realidad colonial guatemalteca. Fondo de Cultura Económica.

Historical Atlas of Central America. Carolyn Hall (2003).